Supongo que todo comenzó
por ahí. Al fin me empiezo a dar cuenta. Y no es que hasta hoy mi
vida se haya organizado perfectamente bien sin este conocimiento. No ha
sido así. En realidad, siempre lo había tenido
pero en forma de intuición, de sospecha. Creía que algo
estaba mal pero no tenía la capacidad de entenderlo. Gracias a los años
y a la perspectiva, hoy puedo verlo. No fuiste el culpable mas si el
que dio inicio a todo, papá.
De hecho que toda la
culpa es mía, que de los infinitos errores que he cometido infinita
es mi responsabilidad. A lo que me refiero es que si en algún
punto toda esta maraña de errores tuvo que comenzar, seguramente fue
contigo. Y que quede claro que con esto, no te estoy reclamando nada;
simplemente escarbo en la historia, analizo los hechos.
Porque tampoco es que
haya vivido atormentado por tu ausencia, de ningún modo. Por el
contrario, me animaría a decir que he intentado ser feliz y que lo
he conseguido, a veces. Pero aún en esos instantes nada estuvo
completo.
Eso es algo que ni un
solo segundo dejó de inquietarme. Encontrar la respuesta, resolver
el enigma. Y la busqué en todas partes, papá. En el reconocimiento
familiar que brindaban los estudios, en la adrenalina proveniente del
fútbol, en el amor extraído a ellas.
Nunca encontré aquello que
faltaba y que ahora sé debía provenir de ti. Pero eso no me
importa, porque podría buscarte ahora mismo con la esperanza de
recuperar lo perdido. ¿Sabes lo que en verdad me molesta? ¿Sabes lo
que no puedo soportar? Que nunca sabré lo que es.
Si tan solo lo supiera,
si tan solo descubriera que fue lo que me faltó todos estos años y
que causó tanta infelicidad. Si tuviera la respuesta, sería fácil
arreglar las cosas. Soy inteligente, papá. No me costaría mucho
hallar el modo de reemplazar ese ingrediente por algo más accesible,
por algo existente. Pero no lo sé, jamás lo sabré, siempre faltará
algo, nunca seré un hombre completo.
¿Sabes por qué estoy
tan seguro? Porque cuando te volví a ver, después de tantos años,
no sentí nada. Y de nada valió que tratara con hidalguía de
soportar el silencio que después de cada frase nos acribillaba, de
nada sirvió escuchar tus interminables monólogos sobre el gran
futuro que nos esperaba, no tuvo sentido abrazarte ni besarte porque
por mucho que lo intentara, no lograba sentir nada.
Eso me demostró que ya
estaba todo perdido. Soy un hombre incompleto que sabe que algo le
falta sin saber lo que es. No sé que tantos errores hubiera evitado
contigo a mi lado, ni que tan rápido me habría levantado. Nunca lo
sabré y eso hace que me hierva la sangre. Ser un ser incompleto,
tener un alma lisiada, una voluntad resquebrajada.
Como te decía, no digo
que tu seas el culpable. Nada mas la causa papá, y si te preguntas
por el daño que tu ausencia pudo acarrear, respóndete esto. ¿Qué
tanto mal le hace experimentar una pesadilla, a un hombre que no para
de soñar?