Mi amigo
Junior tenía una tortuga a la que nos gustaba poner boca arriba.
Después del susto inicial, la tortuga asomaba su cabeza junto con
sus extremidades y empezaba la lucha por incorporarse. Era una
batalla feroz, parecía que toda la vida del animal se le iba en ese
momento. Naturalmente, al rato nos aburríamos y la dejábamos sola.
Cuando volvíamos, la encontrábamos todavía luchando y no teníamos
pruebas de que hubiese dejado de hacerlo ni un instante. Entonces nos
apiadábamos de su suerte y la volvíamos a colocar sobre sus patas.
Pero a
veces olvidábamos a la tortuga y al día siguiente la encontrábamos
en la misma posición, media muerta y aún en la pelea.
La
naturaleza nos enseña que se puede luchar y no obtener nada. También
se puede luchar y conseguir algo, pero no hay un encargado de las
reparticiones. Nadie puede asegurarte nada.
...
En el
fútbol ocurre algo similar. Se puede atacar durante noventa minutos,
sin renunciar, sin desfallecer, y sin embargo nadie te asegura que
tus intentos darán resultados.
El
equipo nacional atacó en todos sus partidos. Lo ha hecho de una
manera admirable, con convicción, seguro de sí mismo. No renunció
a su identidad ni fue desleal cuando lo superaron. No esperó una
promesa de triunfo; siguió atacando. No recibió palabras de alivio;
continuó atacando. Muchas veces esos ataques fueron en vano.
La
perseverancia no es una cualidad común entre los hombres. Hay otros
alternativas, muchos partidos por jugar. En los animales no existe
esa disyuntiva. Incluso la muerte está permitida si se trata de
seguir el orden natural de las cosas. Las bestias no saben del
arrepentimiento.
Encontrar
un equipo de fútbol con estas cualidades, que no duda, que sigue
atacando por amor al juego, es para quitarse el sombrero.
Mañana
habrá otro partido y será lo mismo. Seguiremos intentando. Aunque
nadie nos entregue nada a cambio, aunque posiblemente sea en vano,
aunque se abra la tierra o parta el rayo. Nunca es tarde para
aprender a ser valientes, una selección juvenil puede enseñárnoslo,
tan valientes como una tortuga.