jueves, 3 de octubre de 2013

Curso de fotografía

«No se preocupen, yo tomaré la foto. No es lo que parece; pero hoy no tengo ganas de salir en ninguna foto. Estoy cansado de ellas. No es cierto; no me canso; pero es que no los entiendo, ¿por qué se comportan así? ¿Por qué ya no pueden extrañar a nadie? Yo sé que es difícil, que se extraña con paciencia, con dedicación, con empeño, que se extraña con amor. Y yo no quiero salir en la foto porque prefiero extrañarlos a todos ustedes. De acuerdo, no a todos, pero sí a algunos de ustedes. No se puede querer tanto; no se puede tener cien amigos porque no le quedaría nada a uno. Tampoco es cierto que se pueda tener cien compañeros o cien conocidos. Eso sería una falta de respeto para nuestros verdaderos amigos. ¿Por qué entonces la foto? Además, ¿eso no haría sentirse mal a nuestros reales amigos? Si una sola amistad requiere de tiempo, de diligencia, de sacrificio, requiere de cariño. Cuando construimos una nueva relación, las otras se debilitan. Es el orden natural de las cosas. Y a las que se debilitan, y a las que se alejan un poco más cada día, se les recuerda con melancolía. Hasta que de alguna manera vuelven y reemplazan a su vez a otros amigos, y uno nunca está solo. ¿Por qué quieren más? ¿Por qué una foto? Una foto obliga al recuerdo, altera su curso, lo incomoda, lo hace sentirse apenado de no extrañar lo que antes quería con toda su fuerza. Qué malo este mundo que no nos permite extrañar, que nunca nos dejó acostumbrarnos. Se pierde a alguien y se le reemplaza; se pierde a alguien y se le olvida. Nadie merece ser olvidado. Y no por ellos, ellos quizás nunca lo sepan; sino por el mundo, por este mundo tan golpeado, por este mundo que les permitió conocerse. No se le puede quitar eso al mundo, el mundo no merece eso, el mundo se duele en el alma cuando dos personas hacen como si nunca se hubiesen querido. ¿Una foto? No insistan, ¿para qué? Yo tomaré la foto. Pero deja ahí tu cámara. Esta foto será para mí y será de las personas que quiero; la tomaré con mis ojos y la guardaré donde sé que nunca la perderé ni mucho menos podré olvidarla. ¿Ves que no es necesario turnarnos para que salgamos todos?».

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