Amiga dame tu mano
vayamos por el jardín
y entre rosales y faunos
cuéntame ese desliz
y no me sueltes la mano
si viene tu amor por ti.
Entiende que yo te amo.
!Ejem! Yo lo que quise decir
entiende que soy tu hermano
y si estuvimos enamorados
el fuimos es para ti
porque yo sigo enamorado.
En la sombra de un árbol
reparemos este desastre.
Yo te perdono lo pasado
y tú perdóname el adorarte
si te ofendí, te contaré algo...
¡Yo me moría por abrazarte!
Y en el camino de los álamos
¡me daba pena mirarte!
Yo oía a los tristes pájaros
aletear de un árbol a otro
yo que sentía tu ardiente mano
¡no me atrevía a mirar tus ojos!
Pero dejemos mi sufrimiento
y cuéntame de aquel villano
buscado en el firmamento
¡Traidores y soberanos!
Confía en mí tu lamento
¡y no me sueltes la mano!
Considérame tu defensor,
así te condenen los hechos
tu viento guía, tu protector
y duérmete sobre mi pecho.
¡Es mi última petición!
tu buen amigo, tu hermano.
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