sábado, 9 de noviembre de 2013

Un beso en un sueño

Cierro los ojos y recuerdo,
y no importan las gotas 
ascendentes de agua,
no la legaña,
no el amor que da directo en la cara;
vuélvame ciego
o devuélvame la mirada.

(o si esta mañana abrí los ojos
como estaba planeado
para ir al trabajo)

Porque si cierro los ojos
puedes venir, amor, desde lejos
o trasladarte 
de un salto.
Puedes llenarme los recuerdos
una vez más
para siempre,
o mientras tanto.

Si cierro los ojos, amor,
soy capaz
de atravesar ríos a nado
o de trepar por los cielos.
Y si me esfuerzo más
llegar con los ángeles 
a las estrellas
descubrir que son hombres
un poco tímidos
quienes todo lo observan.

Permite que vuelva a decirlo.

Puedes venir, amor, desde lejos
acompañarnos un rato,
decir:
Vamos a querernos
esta vez sí que vamos querernos tanto”.

Doble vía para el viajero:
un ojo bueno y el otro malo.
Para mirar hacia atrás
llevo mariposas en los párpados,
mariposas viajeras
del pasado.

Cuando ellas regresan
tengo que volver a llorar,
entreabrir una rendija 
en los párpados,
y llorar otro poco,
y por ejemplo recordar:
"íbamos caminando por la calle
cuando de pronto 
nos cogimos de las manos,
como siempre antes de besarnos".

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